24 de enero de 2010

Olores de insomnio

Últimamente no puedo dormir. He probado juegos más y menos conocidos, pero nada que me ayude de verdad.

Anoche en vez de contar ovejas o pensar en sustantivos acabados en "ar", "er" o "ir", no sé muy bien cómo acabé pensando en los olores que tenía registrados en la cabeza... Disfruté tanto del paseo que llevo un rato luchando por recordar esos aromas (agradables o desagradables) que me vinieron a la mente.

Es un caos de olores... La cocina de Acosta. Las mandarinas en navidad. El patio de Juani. El potaje de abuelo cuando llegábamos al mediodía de clases. Los quesos en el cuarto que no se usaba en casa de abuelo. La brillantina de Antonio. Mi colonia en otros. Antes, durante y después del sexo. Un cuarto con colcha de elefantes. Una vela de chocolate que me recuerda otros momentos. Jazmines en flor. La cueva de la casa del campo. El coche blanco de Antonio. La muñeca violeta que mamá guardaba en una cajita en el ropero Las hojas de cartas que intercambiábamos en el colegio. El mercedes antiquísimo de Pablo comido por los ratones. El invernadero de la aldea El pan de Padupasa de madrugada. Las papas sancochadas a punto de quemarse. La tienda de encurtidos debajo de casa de Miguel en Madrid. La azotea con Caruso. El papel para forrar los libros. El pegamento imedio. La caja donde guardamos el árbol de navidad. El aceite de quemar dentro de la caja de madera. La espuma del pelo. Chanson d'eau en el instituto. Los libros nuevos. Serrín. La pintura de la escalera. Los estornudos de pater. El humo de las shishas. Las tiendas de chuches. Las roscas en el cine. El café El Sol recién molido en Triana. Pan bizcochado en casa. Bolsos de cuero en mercadillos. Fritanga en los bares. Los supermercados con olor a Camembert. La tierra de la calima. La imprenta cuando era chica. La casa de Sigüés. Las casetas en San Froilán. Té de jazmín. Caja de herramientas de pater. El cuarto de la azotea. La crema del sol en las toallas...

Lo mejor es que conseguí quedarme dormida...

1 comentario:

spulzeer dijo...

los olores de una vida... pero yo no hubiera podido quedar dormida recordando el camembert del super...

;)